Circular por el centro los días hábiles tiene un costo en la ciudad de Londres. Desde 2003, funciona un sistema de peaje urbano, denominado congestion charge, según el cual los vehículos que ingresen en el centro durante los horarios pico deben pagar un abono previo. Este sistema permitió, en tres años, reducir un 21 por ciento la cantidad de vehículos que circulaban por el centro.
La zona donde se debe pagar el "cargo por congestión" sistema originalmente establecido por el ex alcalde Ken Livingstone abarca unos 39 km2. Para ingresar, de lunes a viernes, entre las 7 y las 18, los conductores deben pagar ocho libras (unos 40 pesos). El pago puede realizarse hasta con 90 días de anticipación en estaciones de servicio y estacionamientos, por correo postal, por teléfono, por mensajes de texto y por Internet.
A medida que uno se acerca al centro, las señales de tránsito indican el comienzo de la zona de congestión. Los vehículos son monitoreados por un sistema de cámaras. Si se detecta una patente que pertenece a un vehículo que no pagó el peaje, se labran multas que van desde 120 hasta 180 libras (entre 630 y 950 pesos aproximadamente). Y, en Londres, las multas se pagan.
"El sistema convirtió el centro de Londres en un lugar más accesible y agradable, a la vez que estimuló el uso del transporte público", opinó Ana Arendar, ciudadana londinense desde hace 25 años. Aunque algunos habitantes consideran que el peaje urbano es sólo una medida con fines recaudatorios, las estadísticas demuestran que hoy ingresan en el centro 70.000 vehículos menos por día. Mejorar el transporte
"Una de las características más importantes del impuesto por congestión es que la recaudación neta se destina, por ley, a proyectos para mejorar el transporte, principalmente el servicio de ómnibus", explicó a La Nacion Georgina Santos, investigadora de la Smith School of Enterprise and the Environment y de la Transport Studies Unit, ambos departamentos de la Universidad de Oxford.
Desde que se puso en práctica el congestion charge, la cantidad de personas que utilizan colectivos en la zona centro aumentó el 45 por ciento. "Ninguna medida funciona si no se mejora paralelamente el transporte público", dijo a La Nacion David Rowe, representante de la Secretaría de Transporte de Londres (Transport for London).
Londres se destaca por su red de subterráneos que, con 400 km y 12 líneas, es una de las más extensas del mundo. El Underground pasó de transportar tres millones de pasajeros diarios a casi cuatro millones desde que se aplica el impuesto por congestión.
Además, Londres cuenta con un sistema de boleto único, la Oyster card, una tarjeta de recarga electrónica que permite utilizar todos los medios de transporte públicos pagando una sola tarifa, más económica que si se pagara cada boleto por separado. "Es cómodo porque no dependés de tener monedas; además, pagando los boletos por separado el precio es casi el doble", dijo Sergio Schuchinsky, presidente de Argentinos en Inglaterra.
El uso de la bicicleta como medio de transporte también se está estimulando en esta ciudad. Además de la ampliación del sistema de ciclovías, los estacionamientos para el rodado cerca de las bocas del subterráneo y la señalización para los ciclistas, la Secretaría de Transporte se comprometió a instrumentar un sistema de "bicicletas públicas", como el que funciona en París (ver aparte) y en otras ciudades del mundo. "Para 2010, tendremos por lo menos 6000 puestos de alquiler de bicicletas", aseguró Rowe.
En el centro de la ciudad, desde que se aplica el cargo por congestión, el uso de las bicicletas aumentó el 43% y casi el 91% en el resto de la ciudad.
También se empezó a difundir el plan Legible London, surgido a partir de un estudio realizado en 2006, que invita a la gente a caminar, e indica, a través de carteles, las distancias y los mejores caminos para llegar a determinados lugares. "Es una muy buena idea" opinó Chris Butler, ciudadano londinense. "Llegás mucho más rápido a algunos lugares y podés disfrutar la ciudad desde una nueva perspectiva."
Fuente: La Nación
VISITA www.singularidades.com.ar
La zona donde se debe pagar el "cargo por congestión" sistema originalmente establecido por el ex alcalde Ken Livingstone abarca unos 39 km2. Para ingresar, de lunes a viernes, entre las 7 y las 18, los conductores deben pagar ocho libras (unos 40 pesos). El pago puede realizarse hasta con 90 días de anticipación en estaciones de servicio y estacionamientos, por correo postal, por teléfono, por mensajes de texto y por Internet.
A medida que uno se acerca al centro, las señales de tránsito indican el comienzo de la zona de congestión. Los vehículos son monitoreados por un sistema de cámaras. Si se detecta una patente que pertenece a un vehículo que no pagó el peaje, se labran multas que van desde 120 hasta 180 libras (entre 630 y 950 pesos aproximadamente). Y, en Londres, las multas se pagan.
"El sistema convirtió el centro de Londres en un lugar más accesible y agradable, a la vez que estimuló el uso del transporte público", opinó Ana Arendar, ciudadana londinense desde hace 25 años. Aunque algunos habitantes consideran que el peaje urbano es sólo una medida con fines recaudatorios, las estadísticas demuestran que hoy ingresan en el centro 70.000 vehículos menos por día. Mejorar el transporte
"Una de las características más importantes del impuesto por congestión es que la recaudación neta se destina, por ley, a proyectos para mejorar el transporte, principalmente el servicio de ómnibus", explicó a La Nacion Georgina Santos, investigadora de la Smith School of Enterprise and the Environment y de la Transport Studies Unit, ambos departamentos de la Universidad de Oxford.
Desde que se puso en práctica el congestion charge, la cantidad de personas que utilizan colectivos en la zona centro aumentó el 45 por ciento. "Ninguna medida funciona si no se mejora paralelamente el transporte público", dijo a La Nacion David Rowe, representante de la Secretaría de Transporte de Londres (Transport for London).
Londres se destaca por su red de subterráneos que, con 400 km y 12 líneas, es una de las más extensas del mundo. El Underground pasó de transportar tres millones de pasajeros diarios a casi cuatro millones desde que se aplica el impuesto por congestión.
Además, Londres cuenta con un sistema de boleto único, la Oyster card, una tarjeta de recarga electrónica que permite utilizar todos los medios de transporte públicos pagando una sola tarifa, más económica que si se pagara cada boleto por separado. "Es cómodo porque no dependés de tener monedas; además, pagando los boletos por separado el precio es casi el doble", dijo Sergio Schuchinsky, presidente de Argentinos en Inglaterra.
El uso de la bicicleta como medio de transporte también se está estimulando en esta ciudad. Además de la ampliación del sistema de ciclovías, los estacionamientos para el rodado cerca de las bocas del subterráneo y la señalización para los ciclistas, la Secretaría de Transporte se comprometió a instrumentar un sistema de "bicicletas públicas", como el que funciona en París (ver aparte) y en otras ciudades del mundo. "Para 2010, tendremos por lo menos 6000 puestos de alquiler de bicicletas", aseguró Rowe.
En el centro de la ciudad, desde que se aplica el cargo por congestión, el uso de las bicicletas aumentó el 43% y casi el 91% en el resto de la ciudad.
También se empezó a difundir el plan Legible London, surgido a partir de un estudio realizado en 2006, que invita a la gente a caminar, e indica, a través de carteles, las distancias y los mejores caminos para llegar a determinados lugares. "Es una muy buena idea" opinó Chris Butler, ciudadano londinense. "Llegás mucho más rápido a algunos lugares y podés disfrutar la ciudad desde una nueva perspectiva."
Fuente: La Nación
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