Las cuevas de arte rupestre son una de las áreas de desarrollo profesional preferidas por muchos arqueólogos. Esto es entendible; las posibilidades que ofrece el arte para conocer las culturas del hombre del Paleolítico Superior son amplias y diversas, y es por ello que existe una considerable base de estudios al respecto.
Los métodos de datación han permitido datar las pinturas en base a los análisis de los materiales con que éstas se realizaban, como por ejemplo el carbón. Sin embargo, los inconvenientes que estas técnicas de datación arqueológicas ofrecen son claros, pues el carbón puede ser mucho anterior a la realización de la pintura, dando así un resultado erróneo respecto a la datación definitiva de la pintura.
Sin embargo, la universidad inglesa de Bristol ha aplicado una nueva técnica a las pinturas de una de las cuevas con arte rupestre más famosas del mundo, las cuevas de Altamira —consideradas la Capilla Sixtina del arte rupestre—, y han sacado la asombrosa conclusión de que estas pinturas habrían tardado unos 20.000 años en completarse.
Utilizando técnicas de datación de uranio-torio, Alistair Pike, arqueólogo de la Universidad de Bristol consiguió llegar a esta conclusión sorprendente. Básicamente esta técnica se basa en el presupuesto de que a medida que el agua corre por las paredes de la cueva transporta uranio radiactivo disuelto, el cual permanece sobre las pinturas formando una resistente capa de carbonato cálcico.
Este uranio se descompone con una regularidad conocida en otro elemento radiactivo, el torio. Analizando la tasa de descomposición del uranio en torio es posible datar en qué fecha se consolidó la capa de carbonato cálcico sobre la pintura, dando así una fecha mínima definitiva para datar la pintura.
Las conclusiones de los estudios en las cuevas de Altamira dieron como resultado unos 20.000 años de tardanza para completar estas pinturas, lo cual habría demandado el trabajo de miles y miles de generaciones.
Las hipótesis sobre la utilidad de las pinturas rupestres son variadas y muy controversiales. Muchos alimentan la idea de que servían para registrar la casa de estos pueblos, otros sostienen que cumplían una función mágica o ritual, mientras otros simplemente apuestan por la hipótesis del arte por el arte. Sea cual sea la hipótesis definitiva, los resultados obtenidos por la Universidad de Bristol pueden aportar una base que permita la reinterpretación de las pinturas rupestres con mayor claridad.
Las pinturas rupestres tardaron 20.000 años en completarse
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Singularidades
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