El King’s College de Londres ha sido consecuente con la exigente english way of life y ha aplicado una serie de tests conocida como el Pendulum Test a 800 adolescentes de entre 13 y 14 años de edad. Los resultados fueron decepcionantes en relación a los que arrojó la aplicación en 1976 de unos tests similares a varios adolescentes.
De los adolescentes que participaron en el test de este 2008 sólo uno de cada diez llegó a obtener resultados altos (en contraste con el uno de cada cuatro de la generación anterior), y además el adolescente de 14 años que obtuvo mejores resultados es comparable al que obtuvo mejores resultados en 1976, sólo que este tenía 12 años cuando participó en el test.
Pero no nos quedemos con esto y ahondemos un poco más en el asunto. Es muy difícil materializar conceptos como los de “inteligencia” o “conocimiento”. El desarrollo científico se ha ido diversificando más y más, y hoy en día los campos sobre los que trabaja la ciencia son casi innumerables, lo cual hace mucho más difícil dominar varias áreas del conocimiento a la vez.
Además, prestémosle atención al contenido del test. Se trata de un test que evalúa únicamente habilidades matemáticas y conceptos de las ciencias naturales, como pueden ser “densidad”, “cantidad”, “peso” o “volumen”. Típico de un país estrictamente positivista en términos científicos como ha sido Inglaterra a lo largo de toda su historia, esto abarca sólo parcialmente la realidad del conocimiento actual.
El conocimiento no sólo se reduce al amplio y versátil manejo del instrumental conceptual de las ciencias naturales, sino que también (y desde luego que en igual medida) de las ciencias sociales y humanas, las cuales no están contempladas en el test.
En tiempos actuales echarles la culpa de todo a los videojuegos y a la televisión se ha convertido un cliché que se muestra como el más accesible si se trata de echar culpas en relación con el rendimiento académico de los adolescentes. En muchos casos este puede ser un argumento válido, pero en la mayoría de los casos se trata de un argumento inválido y lleno de agujeros.
Antes de hacer críticas, tal vez lo más prudente sea replantear y reflexionar sobre el contenido de este test, que si con él se ha intentado evaluar el nivel de conocimientos de los adolescentes, hay que decir que ha estado muy lejos de conseguirlo.
De los adolescentes que participaron en el test de este 2008 sólo uno de cada diez llegó a obtener resultados altos (en contraste con el uno de cada cuatro de la generación anterior), y además el adolescente de 14 años que obtuvo mejores resultados es comparable al que obtuvo mejores resultados en 1976, sólo que este tenía 12 años cuando participó en el test.
Pero no nos quedemos con esto y ahondemos un poco más en el asunto. Es muy difícil materializar conceptos como los de “inteligencia” o “conocimiento”. El desarrollo científico se ha ido diversificando más y más, y hoy en día los campos sobre los que trabaja la ciencia son casi innumerables, lo cual hace mucho más difícil dominar varias áreas del conocimiento a la vez.
Además, prestémosle atención al contenido del test. Se trata de un test que evalúa únicamente habilidades matemáticas y conceptos de las ciencias naturales, como pueden ser “densidad”, “cantidad”, “peso” o “volumen”. Típico de un país estrictamente positivista en términos científicos como ha sido Inglaterra a lo largo de toda su historia, esto abarca sólo parcialmente la realidad del conocimiento actual.
El conocimiento no sólo se reduce al amplio y versátil manejo del instrumental conceptual de las ciencias naturales, sino que también (y desde luego que en igual medida) de las ciencias sociales y humanas, las cuales no están contempladas en el test.
En tiempos actuales echarles la culpa de todo a los videojuegos y a la televisión se ha convertido un cliché que se muestra como el más accesible si se trata de echar culpas en relación con el rendimiento académico de los adolescentes. En muchos casos este puede ser un argumento válido, pero en la mayoría de los casos se trata de un argumento inválido y lleno de agujeros.
Antes de hacer críticas, tal vez lo más prudente sea replantear y reflexionar sobre el contenido de este test, que si con él se ha intentado evaluar el nivel de conocimientos de los adolescentes, hay que decir que ha estado muy lejos de conseguirlo.
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