
Tal era la preocupación de su madre que decidió darlo en adopción. Por suerte para él, fue adoptado por los Hoekstra, médicos de profesión que rápidamente le curaron. La sorpresa llegó más tarde. Sus padres adoptivos se dieron cuenta de que era un niño absolutamente insaciable. Comía de forma exagerada, seis veces al día y no engordaba ni un gramo.
Pronto se dieron cuenta de que tenía que ver con una rara enfermedad genética basada en la hipertrofia de un músculo de su pierna. Todo lo acumulaba en forma de músculo en piernas y brazos.
Aunque come seis veces al día debido a su metabolismo rápido, no tiene grasa en el cuerpo, su madre comenta, que cualquier hombre hecho y derecho envidiaría su pequeño vientre musculado. Sin embargo, esto no es del todo bueno, pues sin la grasa que un ser humano normal necesita, su desarrollo personal puede verse afectado. La razó es por que los niños necesitan de esa grasa para aprender.
El único sueño de su padre es que Liam algún día se convierta en un jugador del equipo de fútbol de la Universidad de Michigan. Y eso que con la fuerza que tiene podría tener todo el mundo a sus pies.
Fuente: Que.es
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