Charles Yogi es un veterano atleta hawaiano que, a sus 85 años, es capaz de vencer a contrincantes mucho más jóvenes en una carrera sin perder el aliento. Según revela un estudio con más de 8.000 sujetos varones publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, parte de su enorme fuerza vital se la debe al gen FOXO3A.
Nuestro código genético, explica el doctor Bradley Willcox, está escrito con un alfabeto químico que incluye cuatro letras: A (adenina), T (timina), C (citosina) y G (guanina). Pues bien, cuando en cierta posición del gen FOXO3A en lugar de la letra T, mayoritaria, aparece la letra G, la posibilidad de llegar sanos a los 90 años aumenta considerablemente. Y puesto que tenemos dos copias para cada gen, si la G aparece en ambas la probabilidad de cumplir los 98 años se dispara. Incluso hay quienes con este perfil genético alcanzan más de 106 años.
Aunque existen ciertos hábitos que ayudan a mantenernos sanos a edades avanzadas, como la dieta o la actividad física, los científicos aseguran que la longevidad depende al menos en un 50 por ciento de factores genéticos hereditarios.
Nuestro código genético, explica el doctor Bradley Willcox, está escrito con un alfabeto químico que incluye cuatro letras: A (adenina), T (timina), C (citosina) y G (guanina). Pues bien, cuando en cierta posición del gen FOXO3A en lugar de la letra T, mayoritaria, aparece la letra G, la posibilidad de llegar sanos a los 90 años aumenta considerablemente. Y puesto que tenemos dos copias para cada gen, si la G aparece en ambas la probabilidad de cumplir los 98 años se dispara. Incluso hay quienes con este perfil genético alcanzan más de 106 años.
Aunque existen ciertos hábitos que ayudan a mantenernos sanos a edades avanzadas, como la dieta o la actividad física, los científicos aseguran que la longevidad depende al menos en un 50 por ciento de factores genéticos hereditarios.
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