Tomando como referencia las marcas deportivas alcanzadas en el alto rendimiento, día a día se buscan nuevos métodos y técnicas para tratar de superar dichos parámetros. Una forma externa de influir en el desempeño físico del atleta ha sido mediante el consumo de sustancias prohibidas por los reglamentos de las organizaciones deportivas. A partir de esto nos preguntamos…¿QUÉ ES EL DOPING?
De acuerdo al Comité Olímpico Internacional (COI), doping es la administración o uso por parte de un atleta de cualquier sustancia ajena al organismo o cualquier sustancia fisiológica tomada en cantidad anormal o por una vía anormal con la sola intención de aumentar en un modo artificial y deshonesto su performance en la competición. Cuando la necesidad requiere tratamiento médico con alguna sustancia, que debido a su naturaleza, dosis o aplicación puede aumentar el rendimiento del atleta en la competición de un modo artificial y deshonesto, esto también es considerado doping.
El deportista recurre a ellos para estimularse o sedarse, aumentar su fuerza y masa muscular, su capacidad cardíaca, concentración, calmar la fatiga, incluso la provocada por su entrenamiento.
El Doping ha estado en el deporte desde los antiguos Juegos Olímpicos cuando los competidores comían grandes cantidades de carne de vaca, con la creencia de que les daba más fuerza. En los tiempos modernos, existe correlación entre el descubrimiento de una droga y su uso en el deporte. En el siglo XIX, la morfina era ampliamente usada en los deportes de resistencia (El ciclista galés, Arthur Lindon, que murió en 1896, tiene la "distinción" de ser la primera persona fallecida por los efectos de una droga). La estricnina fue usada por los maratonianos en los Juegos Olímpicos de Londres (1904). Las anfetaminas entraron en los juegos de Berlín (1936). Durante 1960 al menos 3 grandes deportistas murieron por el mal uso de drogas. Luego entraron en escena las hormonas. Se creía que su uso era relativamente reciente. Pero la historia muestra lo contrario. Por ejemplo, en 1939 el equipo de fútbol inglés Wolverhampton estaba ensayando la testosterona. El empleo sistemático del doping estuvo presumiblemente detrás del éxito de los atletas de la Alemania del Este en 1970. El uso de esteroides anabolizantes tuvo sus páginas más destacadas cuando el velocista Canadiense Ben Johnson fue descalificado en los Juegos Olímpicos de Seúl (1988).
Hoy en día gracias a la presencia de agentes enmascarantes y el uso de los llamados "indetectables", como la hormona de crecimiento humana (GH), todavía hay competidores "dopados". Es imposible saber cuantos atletas se dopan, tenemos que confiar en datos aportados por disciplinas esteroide-dependientes, como lanzamiento o levantamiento de pesos. Sin embargo, la decisión del COI de introducir un test sanguíneo para la EPO (eritropoyetina, es una hormona glicoproteica producida principalmente por el riñón; su efecto "positivo" se debe a que aumenta la masa eritrocitaria, elevando el hematocrito, permitiendo aumentar la resistencia al ejercicio físico) abre la puerta a los tests para los "indetectables", como la GH (los científicos esperan que esté antes del 2001). Se accederá a la medida de miles de sustancias diversas en una gota de sangre.
Robin Parisotto, principal científico involucrado en el desarrollo de un test para descubrir la EPO, dijo que las drogas legales, incluyendo Viagra y medicinas ‘psicológicas’, también pueden mejorar el rendimiento físico de los atletas. La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) está considerando incluir la Viagra en la lista de drogas prohibidas.
Parece que el deporte necesitará sofisticadas tecnologías para combatir el abuso de drogas por los atletas. Es probable que atletas "limpios" sigan compitiendo contra otros que ponen en riesgo sus vidas en la búsqueda de ser los más rápidos, altos y fuertes del mundo. “Pekín será recordada, probablemente, por el abuso de drogas legales tales como Viagra. Este producto tiene los mismos beneficios de un dopaje de sangre porque abre las arterias y las venas, y no sólo las partes privadas”, dijo Parisotto.
Para concluir podemos observar que la organización socioeconómica del mundo actual impulsa a multitud de personas de diferentes profesiones a buscar un incremento de su rendimiento físico y una disminución de la sensación de fatiga ante un esfuerzo en un trabajo intenso prolongado. Ejecutivos, estudiantes, conductores buscan a veces un suplemento artificial con el que puedan acrecentar sus posibilidades físicas y psíquicas más allá de su límite natural, sin tener en cuenta el riesgo intrínseco que esta actitud conlleva. Se sigue buscando, con una ilusión tan antigua como el mundo, el producto milagroso que sea capaz de transformar al individuo corriente en un superhombre.
De acuerdo al Comité Olímpico Internacional (COI), doping es la administración o uso por parte de un atleta de cualquier sustancia ajena al organismo o cualquier sustancia fisiológica tomada en cantidad anormal o por una vía anormal con la sola intención de aumentar en un modo artificial y deshonesto su performance en la competición. Cuando la necesidad requiere tratamiento médico con alguna sustancia, que debido a su naturaleza, dosis o aplicación puede aumentar el rendimiento del atleta en la competición de un modo artificial y deshonesto, esto también es considerado doping.
El deportista recurre a ellos para estimularse o sedarse, aumentar su fuerza y masa muscular, su capacidad cardíaca, concentración, calmar la fatiga, incluso la provocada por su entrenamiento.
El Doping ha estado en el deporte desde los antiguos Juegos Olímpicos cuando los competidores comían grandes cantidades de carne de vaca, con la creencia de que les daba más fuerza. En los tiempos modernos, existe correlación entre el descubrimiento de una droga y su uso en el deporte. En el siglo XIX, la morfina era ampliamente usada en los deportes de resistencia (El ciclista galés, Arthur Lindon, que murió en 1896, tiene la "distinción" de ser la primera persona fallecida por los efectos de una droga). La estricnina fue usada por los maratonianos en los Juegos Olímpicos de Londres (1904). Las anfetaminas entraron en los juegos de Berlín (1936). Durante 1960 al menos 3 grandes deportistas murieron por el mal uso de drogas. Luego entraron en escena las hormonas. Se creía que su uso era relativamente reciente. Pero la historia muestra lo contrario. Por ejemplo, en 1939 el equipo de fútbol inglés Wolverhampton estaba ensayando la testosterona. El empleo sistemático del doping estuvo presumiblemente detrás del éxito de los atletas de la Alemania del Este en 1970. El uso de esteroides anabolizantes tuvo sus páginas más destacadas cuando el velocista Canadiense Ben Johnson fue descalificado en los Juegos Olímpicos de Seúl (1988).
Hoy en día gracias a la presencia de agentes enmascarantes y el uso de los llamados "indetectables", como la hormona de crecimiento humana (GH), todavía hay competidores "dopados". Es imposible saber cuantos atletas se dopan, tenemos que confiar en datos aportados por disciplinas esteroide-dependientes, como lanzamiento o levantamiento de pesos. Sin embargo, la decisión del COI de introducir un test sanguíneo para la EPO (eritropoyetina, es una hormona glicoproteica producida principalmente por el riñón; su efecto "positivo" se debe a que aumenta la masa eritrocitaria, elevando el hematocrito, permitiendo aumentar la resistencia al ejercicio físico) abre la puerta a los tests para los "indetectables", como la GH (los científicos esperan que esté antes del 2001). Se accederá a la medida de miles de sustancias diversas en una gota de sangre.
Robin Parisotto, principal científico involucrado en el desarrollo de un test para descubrir la EPO, dijo que las drogas legales, incluyendo Viagra y medicinas ‘psicológicas’, también pueden mejorar el rendimiento físico de los atletas. La Agencia Mundial Antidopaje (WADA) está considerando incluir la Viagra en la lista de drogas prohibidas.
Parece que el deporte necesitará sofisticadas tecnologías para combatir el abuso de drogas por los atletas. Es probable que atletas "limpios" sigan compitiendo contra otros que ponen en riesgo sus vidas en la búsqueda de ser los más rápidos, altos y fuertes del mundo. “Pekín será recordada, probablemente, por el abuso de drogas legales tales como Viagra. Este producto tiene los mismos beneficios de un dopaje de sangre porque abre las arterias y las venas, y no sólo las partes privadas”, dijo Parisotto.
Para concluir podemos observar que la organización socioeconómica del mundo actual impulsa a multitud de personas de diferentes profesiones a buscar un incremento de su rendimiento físico y una disminución de la sensación de fatiga ante un esfuerzo en un trabajo intenso prolongado. Ejecutivos, estudiantes, conductores buscan a veces un suplemento artificial con el que puedan acrecentar sus posibilidades físicas y psíquicas más allá de su límite natural, sin tener en cuenta el riesgo intrínseco que esta actitud conlleva. Se sigue buscando, con una ilusión tan antigua como el mundo, el producto milagroso que sea capaz de transformar al individuo corriente en un superhombre.
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