
Nadie sabe qué fue lo que le molestó a la princesa, porque lejos de desconocer la existencia del libro, ella estaba tan al tanto de su escritura que ya lo había leído e, incluso, iba a convertirse en su primera biografía autorizada.
El sitio Vanitatis , especialista en cuestiones de la realeza y la farándula española, indica que el libro ya había pasado por corrección y sólo faltaba su paso a la imprenta. Además, asegura que “la consorte real se negó en redondo a que su ex jefe y sin embargo amigo contara nada que tuviera que ver con su perfil profesional y mucho menos personal”.
Letizia y Alfredo Urdaci compartieron mucho más que un estudio televisivo. Tienen, desde hace años una r elación personal de mucha cercanía. De hecho, las pastas que cocina la mujer de Urdaci son uno de los platos preferidos de la delgadísima ex periodista.
La negativa de Leticia a dar su beneplácito se da en un momento algo extraño: en consonancia con los setenta años de la reina Sofía, el mercado editorial se saturó de libros sobre la monarquía. Algunos, además, generaron gran controversia y convirtieron a las declaraciones de la soberana en motivo de discusión o directamente de burla.
Fuente: Perfil
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