"¿Crees en los amores a primera vista? ¿Acaso existen otros?"
"En el concierto grabado los días 8 y 9 de septiembre de 2003 en el teatro Lope de Vega de Madrid, que luego editamos en el disco Principio de Incertidumbre, contaba la historia de la dulce Carola. El cuento relataba un amor a primera vista (¿acaso existen otros?) situado en una ciudad disparatada y maravillosa llena de magia y de soledades que se encuentran. La magia que impregna el relato es fruto de mi experiencia por Latinoamérica, un continente vivo donde las dimensiones de los sentimientos y de cualquier medida desbordan lo que a este lado del océano nos parece lógico y real. Cuando en una ocasión a García Márquez le preguntaron por el realismo mágico de sus relatos el escritor afirmó que de mágico no tenía nada. Las mujeres centenarias de sabiduría infinita, los amores arrebatados que trascienden lo terrenal, las ciudades donde una lluvia podía empapar sus calles durantes años eran realidad pura en un continente en el que son posibles los sueños más maravillosos y las tragedias más terribles. Aparecían en el relato parte de mis obsesiones recurrentes: la memoria y el paso del tiempo. La terquedad de los hombres nos hace repetir una y otra vez los mismos errores, atrapados por una absurda vocación de fracaso que nos arrebata la memoria y las ilusiones. Así le ocurría al protagonista, que ante la ocasión de enfrentarse a una segunda oportunidad se veía abocado a vivir las mismas derrotas, ante la cobardía y el miedo que a algunos les produce saberse libre y feliz. Pero no podía dejar que la historia terminase ahí: uno nunca pierde la fe en el ser humano. Tener memoria no significa empeñarse en revivir rencores y sufrimiento, tener memoria, que al fin y al cabo es nuestro último patrimonio, nos ayuda a afrontar el futuro con dignidad, a emprender el viaje de la historia, la personal y la colectiva, con la certeza de que no repetiremos errores, de que lo mejor está por venir. Por eso el protagonista emprende su viaje hacia el sur (ese que Benedetti nos recordó que existe), para comenzar de nuevo, para afrontar con valentía el reto de estar vivo, para salir del bucle imposible que impone el olvido y la terquedad de una historia que sólo se repite por nuestra propia cobardía para coger las riendas de nuestro futuro." Por Ismael Serrano
Está próxima a estrenarse en Argentina El Hombre que corría tras el viento, una película protagonizada por el cantante español Ismael Serrano, quien hace su debut en la actuación. La historia del filme está basada en el cuento “La Dulce Carola“, una historia que fue contada por Ismael en varios conciertos hace años en Madrid.
La película, escrita y dirigida por Juan Pablo Martínez, fue filmada a medidados del año 2007 en Buenos Aires y Calafate y es protagonizada además por Jazmin Stuart, Bárbara Lombardo, Pasta Dioguardi y Roly Serrano.
La película, escrita y dirigida por Juan Pablo Martínez, fue filmada a medidados del año 2007 en Buenos Aires y Calafate y es protagonizada además por Jazmin Stuart, Bárbara Lombardo, Pasta Dioguardi y Roly Serrano.
Daniel trabaja en una compañía de seguros en el centro de la ciudad. Se pasa gran parte del tiempo mirando por un gran ventanal ubicado a espaldas de su escritorio. Una mañana más de aburrimiento ve a una mujer hermosa pasar por debajo de su ventana, la dulce Carola y se enamora perdidamente de ella. Amor a primera vista. De ahí en adelante Daniel intentará conquistarla una y otra vez , pero la imposibilidad de expresar lo que siente hará peligrar su objetivo aunque quizás el destino le de la posibilidad, de una vez por todas, de tomar las riendas de su futuro.
"En el concierto grabado los días 8 y 9 de septiembre de 2003 en el teatro Lope de Vega de Madrid, que luego editamos en el disco Principio de Incertidumbre, contaba la historia de la dulce Carola. El cuento relataba un amor a primera vista (¿acaso existen otros?) situado en una ciudad disparatada y maravillosa llena de magia y de soledades que se encuentran. La magia que impregna el relato es fruto de mi experiencia por Latinoamérica, un continente vivo donde las dimensiones de los sentimientos y de cualquier medida desbordan lo que a este lado del océano nos parece lógico y real. Cuando en una ocasión a García Márquez le preguntaron por el realismo mágico de sus relatos el escritor afirmó que de mágico no tenía nada. Las mujeres centenarias de sabiduría infinita, los amores arrebatados que trascienden lo terrenal, las ciudades donde una lluvia podía empapar sus calles durantes años eran realidad pura en un continente en el que son posibles los sueños más maravillosos y las tragedias más terribles. Aparecían en el relato parte de mis obsesiones recurrentes: la memoria y el paso del tiempo. La terquedad de los hombres nos hace repetir una y otra vez los mismos errores, atrapados por una absurda vocación de fracaso que nos arrebata la memoria y las ilusiones. Así le ocurría al protagonista, que ante la ocasión de enfrentarse a una segunda oportunidad se veía abocado a vivir las mismas derrotas, ante la cobardía y el miedo que a algunos les produce saberse libre y feliz. Pero no podía dejar que la historia terminase ahí: uno nunca pierde la fe en el ser humano. Tener memoria no significa empeñarse en revivir rencores y sufrimiento, tener memoria, que al fin y al cabo es nuestro último patrimonio, nos ayuda a afrontar el futuro con dignidad, a emprender el viaje de la historia, la personal y la colectiva, con la certeza de que no repetiremos errores, de que lo mejor está por venir. Por eso el protagonista emprende su viaje hacia el sur (ese que Benedetti nos recordó que existe), para comenzar de nuevo, para afrontar con valentía el reto de estar vivo, para salir del bucle imposible que impone el olvido y la terquedad de una historia que sólo se repite por nuestra propia cobardía para coger las riendas de nuestro futuro." Por Ismael Serrano
"La historia parte de dos premisas simples. La primera y más importante de ellas es si existen los amores a primera vista, a lo que tanto el protagonista de la historia, así como los que la escribimos responderemos rápidamente “¿Es que acaso existen otros?”. La segunda premisa parte de la pregunta: ¿Qué harías si pudieras volver a vivir nuevamente algún acontecimiento de tu vida?, ¿Harías algo diferente?. Las segundas oportunidades. Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos hecho esta pregunta y lamentablemente no encontramos la respuesta ya que nos es imposible saber el “Qué hubiera pasado si…”. Nuestro protagonista tiene un problema, su timidez, que lo hará fallar una y otra vez en sus intentos por conquistar el amor. Torpemente tratará de seguir a aquella muchacha que pasó por debajo de su ventana “La dulce Carola” y que hizo que desde ese momento no pudiera pensar en otra cosa. Para ayudarlo en esta empresa estará su amigo Luís, quién a pesar de su ceguera, intentará hacer lo imposible para que nuestro protagonista alcance su sueño. Pero como diría Ismael: nada se puede predecir con exactitud y nada está escrito, por lo que quizás el camino hacia ese amor le depare otros destinos. Nuestro protagonista emprenderá su viaje al sur, a Peumayén, una ciudad camino a Ushuaia, la tierra del fin del mundo, sólo para tener una nueva oportunidad y allí tratará de buscar esa respuesta que nos es negada a todos nosotros. Nadie está condenado a vivir el mismo fracaso una y otra vez. La historia no tiene por qué repetirse. Esta historia trata justamente sobre eso, sobre los caminos elegidos, sobre las segundas oportunidades, sobre los amores imposibles, sobre el destino y sus fantasmas, sobre la sutil diferencia entre lo real y lo fantástico." Por Juan Pablo Martínez, guionista
Trailer de "El hombre que corría tras el viento"
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