Dicen que el mejor amigo del hombre es el perro, pero la verdad es que en este caso el mejor amigo de este hombre es un gato al detectarle un tumor canceroso en pulmón y al descubrirlo, el hombre pudo salvar su vida.
La historia está así: Adams es un canadiense de 59 años, en una ocasión su gato Tiger de ocho años se subió a la cama y le puso encima su pata. La arrastró hacia su costado izquierdo y se mostró firme: había algo allí, explicaba Adams a cnews. “Y estaba en lo cierto, allí había cáncer”.
La historia está así: Adams es un canadiense de 59 años, en una ocasión su gato Tiger de ocho años se subió a la cama y le puso encima su pata. La arrastró hacia su costado izquierdo y se mostró firme: había algo allí, explicaba Adams a cnews. “Y estaba en lo cierto, allí había cáncer”.
Gracias a ese curioso exámen, Adams se dió cuenta que tenía cáncer. Ahora se encuentra reponiéndose de la operación con la que le han quitado el cáncer de su pulmón y asegura con orgullo que su amigo felino Tiger, de ocho años, fue quien le alertó a él y a su médico de cabecera de que tenía un bulto en su pulmón.
Ahora, Adams proclama a Tigre como un héroe que le ha salvado la vida: “Pienso que si él no hubiera hecho esto podrían haber pasado otros cinco o seis meses sin que lo detectara. Siento que podría haber sido mucho peor si el gato no hubiera intuido que algo iba mal. Él es mi héroe”.
Se ha descubriendo que los animales pueden olfatear algunas anomalias en el cuerpo. Interesante, ¿verdad?
Fuente: Cadenaser.com
Ahora, Adams proclama a Tigre como un héroe que le ha salvado la vida: “Pienso que si él no hubiera hecho esto podrían haber pasado otros cinco o seis meses sin que lo detectara. Siento que podría haber sido mucho peor si el gato no hubiera intuido que algo iba mal. Él es mi héroe”.
Se ha descubriendo que los animales pueden olfatear algunas anomalias en el cuerpo. Interesante, ¿verdad?
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1 comentarios:
Mis gatos saben cuando estoy enferma. Entonces aunque estoy en la cama, saben que no estoy como siempre y que no pueden subir y lamerme la cara porque me molestarían. Entonces, ambos se quedan a los pies de la cama, no me tocan, sólo me hacen compañía y no me molestan nada. Ni siquiera se ponen encima de mis piernas, porque intuyen que yo estaría incómoda. Se quedan velando a mi lado hasta que me recupero. ¿No son un encanto?
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