La familia Baron-Cohen no sólo ha dado a luz al inigualable Sacha, sino que también a uno de los más destacados neurólogos de la actualidad: Simon Baron-Cohen, director del Autism Research Centre de la Universidad de Cambridge. A él recurrimos hoy para conocer las diferencias entre el cerebro del hombre y el de la mujer.
Indudablemente, los hombres y las mujeres son diferentes tanto física como mental y emocionalmente. Por ejemplo, algo que los diferencia a rasgos generales es la mayor capacidad de las mujeres para leer emociones, mientras que en el caso de los hombres éstos nos destacamos en nuestras capacidades analíticas. Baron-Cohen sostiene que detrás de ello no existe una causa cultural, sino que una biológica.
Para explicar su argumento, lista una serie de diferencias entre los cerebros de ambos géneros que incidirían en ello. Una de estas diferencias es el número de células. Los hombres tienen 4% más neuronas que las mujeres, y más de 100 gramos de tejido cerebral que las personas de sexo femenino. Sin embargo, las mujeres tienen más sinapsis (conexiones entre neuronas) que los hombres.
Además, las mujeres cuentan con un mayor cuerpo calloso que los hombres, lo cual implica una mejor transferencia de datos entre el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo, algo que en el caso de los hombres no ocurre. De hecho, éstos tienden a concentrar su actividad cerebral en el hemisferio izquierdo.
El sistema límbico suele ser mayor en las mujeres que en los hombres. Esto aporta ventajas y ventajas para las mujeres, pero uno de sus efectos es la mayor capacidad para entrar en contacto con los sentimientos, permitiéndoles expresar sus emociones con más facilidad que a los hombres.
Por supuesto que la perspectiva neurológica para explicar las diferencias de comportamiento entre ambos sexos es seductora. Igualmente, los argumentos de tipo socio-antropológicos son también interesantes y con argumentos a favor. ¿Biológico o cultural? Queda a su criterio.
Indudablemente, los hombres y las mujeres son diferentes tanto física como mental y emocionalmente. Por ejemplo, algo que los diferencia a rasgos generales es la mayor capacidad de las mujeres para leer emociones, mientras que en el caso de los hombres éstos nos destacamos en nuestras capacidades analíticas. Baron-Cohen sostiene que detrás de ello no existe una causa cultural, sino que una biológica.
Para explicar su argumento, lista una serie de diferencias entre los cerebros de ambos géneros que incidirían en ello. Una de estas diferencias es el número de células. Los hombres tienen 4% más neuronas que las mujeres, y más de 100 gramos de tejido cerebral que las personas de sexo femenino. Sin embargo, las mujeres tienen más sinapsis (conexiones entre neuronas) que los hombres.
Además, las mujeres cuentan con un mayor cuerpo calloso que los hombres, lo cual implica una mejor transferencia de datos entre el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo, algo que en el caso de los hombres no ocurre. De hecho, éstos tienden a concentrar su actividad cerebral en el hemisferio izquierdo.
El sistema límbico suele ser mayor en las mujeres que en los hombres. Esto aporta ventajas y ventajas para las mujeres, pero uno de sus efectos es la mayor capacidad para entrar en contacto con los sentimientos, permitiéndoles expresar sus emociones con más facilidad que a los hombres.
Por supuesto que la perspectiva neurológica para explicar las diferencias de comportamiento entre ambos sexos es seductora. Igualmente, los argumentos de tipo socio-antropológicos son también interesantes y con argumentos a favor. ¿Biológico o cultural? Queda a su criterio.
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