Cuando nació Internet uno de los principales problemas era cómo gestionar las transacciones económicas entre empresas y clientes de una manera rápida y segura, evitando posibles intrusiones informáticas fraudulentas. Así nació PayPal, una empresa estadounidense que gestiona gran parte de las transacciones por Internet con sólo una dirección de correo electrónico y una contraseña.
Desde su fundación en 1998 no ha parado de crecer, pero el momento álgido en el que aumentó de manera exponencial su volumen de negocio fue en 2002, cuando Ebay compró PayPal, y ya la mitad de los usuarios de la web de subastas más famosa del mundo utilizaba este método.
La sencillez de su uso y la seguridad que ofrece son las principales ventajas que han hecho crecer a esta empresa de comercio por Internet. Como explican desde la propia empresa, es un sistema seguro pues "almacena con seguridad su información financiera y la protege con sistemas de seguridad y de prevención de fraude líderes del mercado". Además, como apuntan, los detalles financieros de los clientes no se comparten nunca con el vendedor.
La sencillez es otro de los baluartes básicos de su éxito. Para realizar una compra no es necesario introducir los detalles de la tarjeta de crédito o el número de la cuenta bancaria (dar los datos por Internet hace que muchos clientes no se sientan seguros en sus compras). Con únicamente una dirección de correo electrónico y una contraseña, el cliente puede gestionar sus compras, eligiendo además cómo pagar, si con tarjeta de débito, de crédito o a través de una cuenta bancaria.
En realidad, aunque lo parezca, PayPal no es un banco por Internet. El beneficio de la empresa reside principalmente en la comisión que cobra al vendedor por cada compra (entre un tres y un cuatro por ciento), aunque también percibe capital a través de las transferencias entre cuentas (un euro por transferencia menor de cien euros). PayPal, además, no ofrece a los clientes ningún tipo de interés por tener dinero depositado en la cuenta (otro matiz diferenciador de los bancos tradicionales).
Los principales competidores son Google CheckOut, un servicio gratuito ofrecido por Google desde 2006, o Moneybookers, controlado por la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido.