El vestido, la entrada “triunfal”, los souvenirs, el video. La fiesta de los 15 años es para muchas chicas el momento tan soñado, el que concentra las últimas ilusiones de la niña que está dejando de ser y las primeras de la mujer que se viene. Es un momento que se fantasea en privado pero también con amigas. ¿Por qué no compartir con ellas algo más que el acompañamiento en la planificación? ¿Por qué no realizar un festejo conjunto? Si en definitiva son con quienes compartís la mayor parte de tu día, con quienes no tenés secretos ni vergüenzas; con quiénes te divertís como loca bailando y cantando…
La alternativa de hacer la fiesta junto a otras chicas con las que compartís el mismo grupo de amigos, es una tendencia que se está imponiendo. Las dificultades económicas de las familias, acentuadas en los últimos tiempos por las crisis financieras globalizadas, han convertido esta posibilidad en una moda.
Si se reparten entre varios los costos del salón, la música, el catering y el fotógrafo, habrá más chances, por ejemplo, de comprarse el vestido de ese diseñador top que está en la tapa de las revistas de moda. O de armar un video para proyectar antes de la/las tortas que no tenga nada que envidiarle a una producción de Hollywood.
Sin embargo, no todas son ventajas. Para “subirse” a una megafiesta de quince, hay que dejar de lado cierta exclusividad y pactar algunas cuestiones básicas con las otras protagonistas de esa gran noche. Como se trata de no terminar con una amistad de años, aquí van algunos consejos que las ayudarán a disfrutar de esta opción acorde a los tiempos que corren:
¿Compartirías la fiesta de quince con otras amigas?
La alternativa de hacer la fiesta junto a otras chicas con las que compartís el mismo grupo de amigos, es una tendencia que se está imponiendo. Las dificultades económicas de las familias, acentuadas en los últimos tiempos por las crisis financieras globalizadas, han convertido esta posibilidad en una moda.
Si se reparten entre varios los costos del salón, la música, el catering y el fotógrafo, habrá más chances, por ejemplo, de comprarse el vestido de ese diseñador top que está en la tapa de las revistas de moda. O de armar un video para proyectar antes de la/las tortas que no tenga nada que envidiarle a una producción de Hollywood.
Sin embargo, no todas son ventajas. Para “subirse” a una megafiesta de quince, hay que dejar de lado cierta exclusividad y pactar algunas cuestiones básicas con las otras protagonistas de esa gran noche. Como se trata de no terminar con una amistad de años, aquí van algunos consejos que las ayudarán a disfrutar de esta opción acorde a los tiempos que corren:
- El factor económico: Estar dispuestas a ceder pretensiones con tal de que el presupuesto sea acorde a la realidad de todas las cumpleañeras. Elegir con quiénes festejar guiadas por el vínculo o por la cercanía de las fechas de cumpleaños, no por la billetera.
- Los invitados: Aceptar que puede haber invitados que no sean del agrado de todas. Establecer cuántos familiares y cuantos amigos extra (los que no son compartidos) podrán invitar cada una. Otro tema a resolver: ¿harán invitaciones iguales o distintas para el mismo evento?
- Los irrenunciables: Que cada una pueda poner sobre la mesa qué es “indispensable” que suceda o haya para que la fiesta sea tal como la soñó. Aceptar que ese deseo no puede eclipsar la elección de las otras.
- Los espacios compartidos: tomarse todo el tiempo necesario para imaginar en qué momentos estarán juntas (la torta, el arranque del baile) y en cuáles se diferenciarán. Conviene anticipar, por ejemplo, si el vestido será corto o largo, y cuáles serán los colores y el estilo de cada uno.
- El disenso: No descartar el azar como una forma de resolver diferencias. Si no se ponen de acuerdo, qué mejor que apelar a un sorteo para evitar que la negociación termine desgastando la relación del grupo.
- Los invitados: Aceptar que puede haber invitados que no sean del agrado de todas. Establecer cuántos familiares y cuantos amigos extra (los que no son compartidos) podrán invitar cada una. Otro tema a resolver: ¿harán invitaciones iguales o distintas para el mismo evento?
- Los irrenunciables: Que cada una pueda poner sobre la mesa qué es “indispensable” que suceda o haya para que la fiesta sea tal como la soñó. Aceptar que ese deseo no puede eclipsar la elección de las otras.
- Los espacios compartidos: tomarse todo el tiempo necesario para imaginar en qué momentos estarán juntas (la torta, el arranque del baile) y en cuáles se diferenciarán. Conviene anticipar, por ejemplo, si el vestido será corto o largo, y cuáles serán los colores y el estilo de cada uno.
- El disenso: No descartar el azar como una forma de resolver diferencias. Si no se ponen de acuerdo, qué mejor que apelar a un sorteo para evitar que la negociación termine desgastando la relación del grupo.
¿Compartirías la fiesta de quince con otras amigas?
Fuente: Adriana Balaguer
Visitá www.singularidades.com.ar